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Presentación
La manifestación a menudo se describe en términos simples como “obtener lo que quieres”. Pero va mucho más allá: no se trata solo del deseo, sino de crear, de traer algo a la existencia. Manifestar implica el uso consciente de nuestros pensamientos, el poder de acciones deliberadas y el refuerzo de nuestras creencias para dar forma a la realidad. Es tanto un proceso de intención como un proceso de creación.
En el corazón de este proceso se encuentra lo que muchas tradiciones espirituales llaman el “Ajustador de Pensamiento”. Dentro de cada uno de nosotros reside un guía divino con un gran plan para nuestras vidas. Cuando elegimos manifestar en alineación con este plan divino, no actuamos solos: participamos en algo mucho más grande. Esta es la esencia de la co-creación con Dios: permitir que nuestros deseos y acciones personales fluyan en armonía con el propósito divino.
La belleza de co-crear con Dios es que no requiere fuerza, lucha ni preocupación. Una vez que nos comprometemos a seguir la voluntad de Dios, el camino se despliega naturalmente ante nosotros. Cada paso que damos, cada decisión que tomamos y cada creación que traemos comienza a reflejar el diseño de Dios para nuestras vidas. En esa alineación, nuestras manifestaciones personales dejan de ser solo nuestras: se convierten en parte de una creación superior y sagrada que resuena con la armonía universal y la intención divina.
Maya Anazodo, residente en Enugu, Nigeria, es una aprendiz apasionada de por vida con un amor particular por explorar nuevos idiomas. Buscadora de la verdad dedicada, está profundamente fascinada por la interconexión del universo y el papel único que cada uno de nosotros desempeña en él. Maya ve los pensamientos como frecuencias vibrantes, reconociendo que nuestras vidas y circunstancias a menudo reflejan las creencias y patrones almacenados en nuestro subconsciente. Su curiosidad y perspicacia la impulsan a explorar los vínculos profundos entre la conciencia, la intención y la manifestación, inspirando tanto el crecimiento personal como una comprensión más profunda del mundo que la rodea.