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Así como un árbol da frutos como evidencia de su responsabilidad consigo mismo y la semilla de la cual germinó y tomó la fuente, así lo hace La prueba de la fraternidad con el Ajustador divino reside enteramente en la naturaleza y la extensión de los frutos del espíritu que produce la experiencia de la vida del creyente individual. «Por sus frutos los conoceréis». [Documento 5:2.4, página 64.7]
... y como un árbol frutal diligentemente da muchos frutos en su debido tiempo para el uso de todos los que lo encuentren, "Y así, el verdadero creyente sólo existe con la finalidad de producir los frutos del espíritu: amar a los hombres como él mismo ha sido amado por Dios.” [Documento 180:2.5, página 1946.3]
«porque los frutos del espíritu son el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza». [Documento 34:6.13, página 381.7] es la ley del reino. [Documento 142:1.5, página 1596.7]
Jesse Tweneboa-Kodua es profesor de secundaria en Mankessim, Ghana. Ha estado leyendo El libro de Urantia desde hace ocho años. A partir de un dilema nihilista y existencialista de tener que proporcionar significado y propósito a su vida en este vasto cosmos, el libro pavimentó una comprensión clara del significado de su vida, enseñándole a tener "fe en Dios" y "esperanza de una vida eterna". Por eso él estudia El libro de Urantia y busca la espiritualidad.